El pasado sábado 27 de octubre por la mañana inauguraron la escultura, en homenaje a los Alpargateros, personajes iconos de la parroquia que hace un mes fue declarado como oficio de ancestros en el intercultural que lo ejecutó el municipio capitalino conjuntamente con los gobiernos parroquiales.
La estatua se encuentra ubicada en la entrada del barrio San José y es una obra de la familia Sigcha Hidalgo en el que colaboraron todos y su trabajo duró alrededor de un mes y medio.
“Me siento orgulloso de mi Padre Segundo más conocido como “Chugccurillo” (Pájaro silbador) y de todos los Alpargateros que recibieron este honor”. Expresó Marino Sigcha.
En el acto estuvieron presentes varias autoridades y familiares de quienes se dedicaban a esta labor.
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En primer lugar, Jorge Ayala Vocal de Comisión de Cultura de Pomasqui, manifestó sobre la importancia de rescatar aquellos iconos de la parroquia y de lo trascendente de no permitir que se olviden ni pierdan.
Por su parte Jaqueline Castro Presidenta, resaltó que Pomasqui es “cuna de artistas” y el objetivo del reconocimiento es reforzar, renacer y reconocer la historia. “No son solo las obras de cemento, hay que trabajar también por la cultura y no dejarla morir” Agregó.
A las 12h00 se develó la placa en honor a los Alpargateros que ya fallecieron y los que aún se mantienen con vida como Don Julio López de 86 años que ya no se dedica al oficio por temas de salud y Segundo Sigcha que continúa con la tradición.
Juliana, nieta de Rafael Guanuña otro de los hacedores de este calzado, dijo sentirse con los sentimientos encontrados: por una parte feliz por la distinción a su abuelo y a la vez triste porque la vida no le permitió disfrutar de este momento.
“Recuerdo que mi abuelito sabía hacer este tipo de zapatos, hacía blancos y de colores y sabía entregarle a Don Antonio Espinoza uno de los primeros alpargateros de la parroquia y los extranjeros le venían a comprar”. Amplió.
Por último, se mostró la escultura y Segundo Sigcha con lágrimas en los ojos agradeció frente al público a Don Julio López quien es su padrino “Le gradezco de todo corazón porque él me enseño el arte de trabajar la cabuya con mis manos y me acuerdo que pagaba un sucrecito y así tenía como vivir”
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El acto culminó cerca de las 12h30 con las palabras de Jaqueline Castro quien instó a los asistentes para que cuiden la obra. /R. Encalada